19.5.15
Aplicación del principio de igualdad de mujeres y hombres en el ámbito del deporte y la actividad física en la Universidad de La Laguna
El deporte y la actividad física,
por su potencialidad educativa y mediática, constituyen un motor de cambio
social y contribuyen desde hace tiempo a promover la igualdad entre mujeres y
hombres. No obstante, los datos de los estudios más recientes en este ámbito
reflejan que todavía existen diferencias importantes en cuanto a la
participación y representación femenina en las distintas esferas del deporte.
Algunos de los factores que todavía inciden en el desequilibrio y mantienen barreras ocultas que dan lugar a verdaderos inconvenientes para las mujeres en el ámbito físico-deportivo, son:
- La adscripción que las actividades físicas y el deporte
han tenido y tienen al rol social masculino
-
la peculiaridad de las estructuras que sustentan el
deporte (dirigidas por hombres)
-
las diferencias en la ocupación del tiempo de ocio
-
la estructura familiar y laboral
-
los modelos educativos
-
los estereotipos sociales de género, etc.
Es fundamental promover la
equidad en el deporte, teniendo en cuenta las diferencias existentes entre
mujeres y hombres, pero sin que éstas limiten sus posibilidades. Nuestra
intervención presta una atención preferente al colectivo femenino, dada su
situación todavía de desventaja respecto a su implicación en las actividades
físicas y el deporte. Para ello pretendemos crear un clima favorable al
incremento de oportunidades para la práctica físico-deportiva mediante la
solución de los mayores inconvenientes que puedan impedirles tal práctica,
tratando así de que la actividad física se convierta en una opción atractiva
para ellas que pueda ser incorporada de forma sencilla y realista en su estilo de
vida.
Para el Servicio de Deportes de la Universidad de La Laguna es una prioridad
promover la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y la transmisión
de valores y actitudes igualitarias en la actividad físico-deportiva
universitaria.
Esta prioridad se viene aplicando
y teniendo en cuenta en la práctica de la gestión y planificación deportiva desde
diferentes ámbitos de actuación como son:
-
un mayor conocimiento de las necesidades deportivas de
las mujeres universitarias
-
una creciente adaptación de la oferta deportiva a esas
necesidades diferentes entre sexos mediante el desarrollo y potenciación del
deporte recreativo y para la salud frente a la excesiva atención que se venía
prestando al deporte competitivo
-
equilibrio presupuestario entre el gasto destinado a
las preferencias deportivas de mujeres y varones (siempre desequilibrada a
favor del deporte competición, asociado
a las preferencias masculinas)
-
favorecer una real igualdad de oportunidades de la
mujer en el acceso a la actividad física y deportiva eliminando el mayor número
de trabas que dificultan que éstas elijan la opción deportiva frente a otras en
el tiempo de ocio de que disponen:
- Actividades
dirigidas con monitor
- Oferta
variada y específica con horarios adecuados
- Instalaciones
confortables y estéticamente atractivas
-
Instalaciones cercanas a su centro de estudios o de fácil acceso mediante
transporte público o con aparcamientos cercanos y amplios
- Limpieza y
comodidad en los vestuarios, etc.
También insistimos en la transmisión
igualitaria para ambos sexos de los valores y actitudes en relación a la
práctica de la actividad física y el deporte para que esté libre de los
estereotipos de género que todavía persisten en este ámbito.
En la
ULL , como en todas las universidades, ya no hablamos de un
deporte, sino de varios modelos de deporte. La razón es bien clara: los universitarios
son ciudadanos de una sociedad democrática, donde han de disfrutar de todas las
formas que nuestra sociedad entiende por deporte.
De esta manera, la ULL
oferta esas formas de entender y practicar la actividad física.
El espectro de práctica viaja de deportes muy
estructurados (fútbol, baloncesto, rugby, lucha canaria, bola canaria...) a
deportes poco estructurados (salir a correr, gimnasia de mantenimiento,
levantar pesas,...), o incluso prácticas que son producto de entender el
deporte como actividad física y esparcimiento (senderismo, bailes), o como
práctica para la mejora interior y proyección sobre la vida personal (tai-chi,
yoga). Podemos afirmar, que el deporte actual es una agrupación de diversos
conceptos del deporte, que alcanza más la idea de actividad deportiva que de un
deporte formal. Estas cuestiones han sido manifestadas por los usuarios de nuestro
Servicio, siendo coincidentes con las macroencuestas nacionales e
internacionales acerca de los hábitos de práctica deportiva.
La ULL aspira a situarse en un concepto de
deporte vanguardista, sirviendo los medios para que esas prácticas sean
posibles y que aporten a la comunidad universitaria un planteamiento más
integral, que complemente la formación que reciben los estudiantes, y que
también sea sensible con los intereses de las bandas de edad de nuestros
usuarios.
La Universidad juega aquí ¾en la discusión del modelo de deporte más adecuado
a sus fines¾ un papel de enorme
trascendencia, porque trata de ser, a la vez, espectadora del fenómeno
deportivo y propiciadora de modelos con los que transformar la sociedad. En el
primer caso, debe asumir la realidad y someterse a las demandas de la comunidad
universitaria, que reclama aquellas actividades físicas que percibe en su
cultura y parecen establecidas; y, en el segundo caso, debe dirigir sus
esfuerzos a favorecer la crítica al deporte y si éste se desvía de modelos que
promuevan al ser humano y su sociedad, a hacer más interesante la vida personal
y la convivencia.
Los modelos de deporte en la Universidad
|
No existen modelos diferenciados de deportes
para la Universidad, sino que se trata de los distintos enfoques de éstos que
podemos reconocer por sus fines, y que hemos apuntado en el análisis anterior.
De esta manera, distinguiremos cuatro fines; tres de ellos cargados de
significación:
·
deporte competitivo,
·
deporte recreativo,
·
deporte para la salud,
·
deporte profesional.
“(...)
me gusta la satisfacción de ganar”.
(A.S.
29 años. Tercer Ciclo ULL).
Se ha sostenido que uno de los rasgos clásicos
del deporte es el enfrentamiento, pero ésta es una afirmación falsa, que se
comprueba tras contemplar el panorama actual de los deportes que se basan en la
gestualidad (tai-chi, gimnasia de jazz, biodanza) o aquellos que se fundamentan
en la práctica individual o colectiva de la autosuperación (senderismo,
carrera, “coger olas”, monopatín...). La competición no es necesariamente un
sistema de organización de los enfrentamientos entre personas o equipos; sin
embargo, casi todo el mundo lo entiende con el matiz de medición organizada. El
modelo deporte competitivo pasó de no
ser cuestionado a serlo y de una manera feroz; las críticas provenían de
diferentes frentes y concepciones. Frente a este modelo se postula otro
alternativo que reconduzca el cambio, como lo sería evidentemente el modelo deporte recreativo, en el cual puede
haber competición pero no un sistema competitivo organizado. Desde luego, el
principal resultado de un modelo competitivo es su carácter selectivo y de
excelencia; es decir, funcionalmente, se basa en eliminaciones mutuas y en el
culto a los campeones.
¿Qué lugar tiene el modelo competitivo en la
Universidad? En principio, hemos de reconocer que el modelo no ofrece
dificultades para ser asimilado por los estudiantes, debido a que está
integrado en la cultura deportiva globalizada; es decir, en estos momentos, su
cuestionamiento es una erudición más que un verdadero movimiento social. Tiene
a su favor que recibe importantes subvenciones de las instituciones públicas y
es un escaparate muy llamativo; tanta es la ayuda que ingresa el deporte
universitario competitivo, que cuanto mayor nivel ostenta la competición más
cubre sus gastos. Estas ayudas provienen de la Dirección General
de Deportes del Gobierno de Canarias y del Consejo Superior de Deportes.
Sería deseable que el deporte competitivo,
impulsado en la
Universidad , gozara de mayor asociacionismo, tal y como
ocurre en el Trofeo Rector, que mantuviera un espíritu reivindicador de ese
deporte competitivo pero con matices recreativos. Este modelo, al igual que los
otros, no debe ser ajeno al espíritu universitario y, si cabe, resolver día a día los problemas simbólicos
de valores y antivalores que contiene el enfrentamiento de personas y equipos.
Téngase en cuenta que, mientras en los modelos deporte recreativo y deporte
para la salud prevalecen ciertos valores positivos, en el modelo competitivo pugnan con otros valores —en
este caso negativos— y que se derivan de una manera de entender el conflicto
dual.
b) El modelo deporte profesional
“Quiero pagarle al Real Madrid con títulos”.
(Ronaldo, Jugador de fútbol del Real Madrid).
En España, curiosamente, este modelo ha
entrado en la Universidad muy recientemente, de la mano de la competencia entre
instituciones docentes por adquirir prestigio y fama, o como elemento de
publicidad y distinción social. Nos referimos al patrocinio de equipos
profesionales deportivos con la contraprestación de denominarse Universidad de..., o lucir en sus
camisetas publicidad con este propósito. Se trata de un modelo alejado de los
estatutos de las universidades, y que se ha abierto paso por concepciones
agresivas de gestión mixta (pública-privada). En nuestra opinión, este modelo
es criticable desde un punto de vista de la gestión por los importantes recursos
económicos que comporta y, desde un punto de vista institucional, por
incumplimiento de sus objetivos fundamentales.
En nuestra opinión, la ULL no puede emplear
recursos de sus presupuestos para dedicarlos al mundo del deporte profesional
en beneficio de una supuesta imagen, mientras tenga desatendidos sus fines,
instalaciones e infraestructuras, que sí son los que verdaderamente conforman
su escaparate. Son efímeras e insatisfactorias las experiencias de algunas
universidades en este sentido y que saltan a la vista de un buen gestor. En
definitiva, nuestra referencia son los Estatutos: formar profesionales e
investigadores por medio de una enseñanza de la máxima calidad; lo demás, es
concebir la Universidad fuera de su verdadero marco.
c) El modelo deporte para la salud
“(...) el deporte ayuda a cuidar tu salud,
ayuda a cuidar tu cuerpo”.
(N.L. 23 años. Historia del Arte ULL).
“(...) te permite despejarte y encontrarte
bien contigo mismo”.
(V.G. 26 años. C.S. Informática ULL).
La conciencia social de salud ha crecido
paulatinamente, de modo que hablamos de diversos tipos de salud, ya no sólo de
la salud corporal. La salud es calidad de vida, lo que supone grandes
beneficios cuando el deporte posee objetivos de recreación y de mejora de las
capacidades físicas, motrices y de comunicación aporta grandes beneficios. De
hecho, el modelo deporte para la salud
engloba otros conceptos modernos como deporte
para todos, actividad física o ejercicio físico.
El deporte
para la salud es un modelo relativamente nuevo; ya es postulado por la Alianza Americana para la
Educación Física , la
Salud y la
Recreación (AAPHER) al comienzo de la década de 1970 y, a
continuación, impregna a los teóricos como Cagigal (1975)[2],
Gruppe (1976)[3],
Sánchez Bañuelos (1984, 1996)[4], que
explican las orientaciones entre el deporte y la salud. El movimiento más
reciente relacionado con la salud postula un modelo alternativo de corte
sociocrítico; de manera, que la concepción del deporte para la salud se aleja del concepto más clásico del
deporte, en cierto modo se radicaliza y se centra más en la condición física
práctica, con vocación vitalicia y con un ambiente agradable que proyecte a la persona. En la Educación Física
española, existe un modelo denominado Educación
Física y Salud (Devís y Peiró, 1992)[5],
que postula y desarrolla unos principios vanguardistas de orientación personal
y social de una nueva salud por medio de la actividad física.
Las prácticas no institucionalizadas, con
objetivos internos al individuo, relacionadas con fines saludables, y
actividades organizadas para este propósito, pertenecen a este modelo. Muchas
veces, el número de practicantes de esta opción es difícilmente conocido por
nuestro Servicio, por constituir actividades en la mayoría de los casos no
reglados y que, normalmente, no necesitan espacios especiales (carrera, montar
en bicicleta, caminar, patinar, relajación, etc.).
Este modelo aporta grandes beneficios para el
desarrollo personal y, respecto a la salud física, supone también ventajas
sociales. Se trata, por tanto, de actividades acordes con un sentido deportivo
de la vida que sería deseable que adquiriera todo universitario y debemos
facilitar con el incentivo de medios atractivos para la práctica.
Finalmente, conviene no confundir
funcionalmente este modelo con el competitivo y el recreativo, pues sus
diferencias radican en sus fines, pudiendo mostrarse estructuralmente, bajo
formas semejantes; es decir, un estudiante puede practicar un baloncesto con
fines de salud o también recreativos mediante el enfrentamiento entre
jugadores, lo que ocurrirá es que éste último no será institucionalizado, por
lo que no produce el mismo tipo de exigencia personal ni responsabilidad ante
los demás.
d) El modelo deporte recreativo
“(...) el deporte te permite conocer a un
montón de gente.
(M.R.L. 33 años. Psicopedagogía ULL).
“(...) El deporte es: vida, salud,
entretenimiento, diversión”.
(T.C. 20 años. Magisterio, especialidad
Educación Física).
Este modelo sintetiza dos conceptos: tiempo libre y ocio, los cuales se canalizan en la práctica deportiva. La
recreación es la consecuencia del nuevo descubrimiento personal como producto
de la práctica; resulta una regeneración de la persona, una re-creación. Su
parentesco con el juego es estrecho, pues no posee, funcionalmente, moldes
cerrados; las prácticas recreativas integran a las personas entre sí,
igualmente en cuanto a los niveles de habilidad y los grupos de edad, pudiendo
suponer mejoras en la calidad de la comunicación; por consiguiente, en esta
medida es un deporte para todos que
crece en todos los campos de las actividades físicas, como muy bien apunta Coca
(1993)[6] en su
análisis del “hombre deportivo recreado”.
El deporte
recreativo es una “demanda nacida del
individuo que reivindica su derecho a participar deportivamente de un espacio,
de un tiempo y de unos recursos humanos y económicos no siempre al alcance
inmediato de sus posibilidades. Esta participación se entiende, pluralmente,
como respuesta a un problema de salud, de diversión, de evasión, de mantenimiento
físico, de encuentro social (...)” (Coca, 1993:333). Esta afirmación
implica que el modelo debe preverse desde el Servicio de Deportes facilitando
medios materiales menos convencionales y mayor capacidad de diagnóstico para
vislumbrar los cambios y las tendencias novedosas; por tanto, este modelo es el
reto para el deporte del futuro. Sin embargo, supone una desventaja la falta de
reconocimiento social de estas prácticas, para las cuales no se invierten
recursos económicos suficientes por parte de las instituciones deportivas
gubernamentales[7].
En el mundo desarrollado se admite que somos
una civilización del ocio, y hacia ello debemos dirigir nuestros esfuerzos en
la gestión del Servicio de Deportes; de manera, que las grandes directrices han
de ser:
- la
máxima participación
- la
integración de grupos de la comunidad universitaria (estudiantes,
profesores, PAS)
- disponer
de instalaciones y equipamientos deportivos modernos, variados y
funcionales cercanos a los centros o de fácil acceso desde los diferentes
campus
- ampliar
y equilibrar la oferta de actividades, especialmente las de tipo
recreativo
Este último punto revierte gran interés si
tenemos en cuenta que en la encuesta realizada por el Servicio de Deportes al
alumnado de la ULL en el curso 2003-04 éstos manifestaron en un 23,6% su incompatibilidades con los horarios de las
actividades organizadas por el Servicio, lo que da una idea de los practicantes
potenciales que podrían ser captados y de las prácticas deportivas libres que
están opacas a nuestra mirada porque sólo un 2,8 % declararon que no les
gustaba el deporte. Sin embargo, el Servicio de Deportes dispone de un horario
de mañana, tarde y noche, lo que debe interpretarse como que la
incompatibilidad horaria se asocia a determinadas actividades organizadas con
monitor, o que resulta difícil compatibilizar un turno de clases con un período
asiduo de estudio.
e) ¿Otros modelos
de deporte?
Es posible apuntar otros modelos de deporte, aunque no constituyen un modelo
general capaz de agrupar distintas prácticas físico-deportivas de diferentes
géneros y fines. Esto ocurre con el deporte y con los juegos tradicionales que, aun siendo un modelo cultural distinto a
otros, se fundamenta en contenidos que abordábamos anteriormente (competición,
salud, recreación...). Sin embargo, el Servicio de Deportes reconoce esta
realidad cultural y tiene previsto ir incorporando nuevas instalaciones que
permitan la práctica de estas modalidades. A la actual práctica de la lucha
canaria y el juego del palo
se le ha unido la de bola canaria.
Otro aspecto de relevancia lo constituye el deporte femenino. Este deporte no es un
modelo en sí mismo, sino una distinción que han tenido que realizar las
instituciones deportivas para enunciar un diferenciador o denunciar la división
de género que ha hecho nuestra sociedad y que afecta a este colectivo, el punto
al que se ha llegado, y cómo organizar las soluciones para acometer el futuro
de las aspiraciones sociales acerca de este problema. Coincidimos con la Ley Canaria del
Deporte en cuanto a considerar a la mujer, en materia deportiva, como “colectivo de atención especial”, debido
a que es un sector desfavorecido, mostrando en estos momentos un menor grado de
participación, unas preferencias deportivas diferentes a los hombres, por lo
que es preciso asegurar cierto equilibrio en la política de actividades y
presupuestos con el fin de responder a este hecho. Esta atención particular se
debe enmarcar en la búsqueda de un espíritu de corrección social para la mujer
y que trasciende de los resultados de datos conocidos por este Servicio de
Deportes, en particular. En los datos que se muestran en la tabla siguiente se
puede apreciar la participación de las estudiantes de la ULL , tomando como referencia
tres actividades de carácter competitivo (Trofeo Rector, deporte federado, y
Campeonato de España), lo cual confirma que no más del 8,76 % (1.697 varones frente
a 163 mujeres) corresponde a
participación femenina; y es conocida su participación en actividades no
competitivas y menos organizadas (ocio,
actividades, escuelas y cursos) con un 52,8
%, (1.529 varones frente a 1.744 mujeres) lo que confirma la alta
participación de la mujer en determinados tipos de prácticas opuestas a las
preferidas por los varones. En consecuencia, es un asunto que atañe a la
cultura deportiva como manera de entender el deporte, por lo que este Servicio
debe facilitar actividades que encajen en las preferencias de los géneros, sin
entenderse con ello que constituyan prácticas de géneros separados.
Una vez destacados y comentados los modelos
de deporte que hemos reconocido a modo de grandes géneros, y de identificar las
diferencias de actividad según las preferencias de hombres y mujeres, pasaremos
a justificar cómo este Servicio de Deportes ha ido corrigiendo en el tiempo,
tanto desde el punto de vista presupuestario como de la oferta deportiva, las
desigualdades que había respecto de la promoción del deporte recreativo y para
la salud (preferido por las mujeres) frente al deporte competitivo (preferido
por los varones).
Desde el punto de vista de la participación
deportiva, que se corresponde fundamentalmente,
con la adecuación mayor o menor de la oferta a las necesidades e
intereses de los alumnos, podemos observar en la tabla 1, como en el curso
91/92, época en la que se mantenía la inercia histórica de la concepción del
deporte universitario en la ULL como casi exclusivamente de competición y en la que, por tanto, la programación deportiva (oferta)
apuntaba básicamente a este modelo practicado preferentemente por varones (Trofeo
Rector, Campeonatos de España Universitarios y equipos federados universitarios),
había una tasa de participación enormemente desproporcionada entre géneros: un 79,01% de participación masculina
frente a un 20,99% de participación
femenina.
A medida que desde el SD se fueron
implementando herramientas de consulta directa a los alumnos mediante la
realización de encuestas periódicas -en los años 1999, 2001 y 2004- para detectar
las necesidades y demandas deportivas del alumnado y la mujer empezó a requerirnos en
ellas un trato igualitario que los varones pero diferenciado en cuanto al tipo
de actividades que deseaban practicar, las programaciones deportivas del SD de la ULL empezaron a destinar mayor
hueco y presupuesto para incrementar el tipo y la variedad de actividades
deportivas recreativas y para la salud, mayormente demandadas por las alumnas,
frente a las competitivas.
Así vemos que ya en el curso 2003/04 empiezan
a notarse en la participación deportiva las correcciones mencionadas en la
oferta deportiva. De este modo, la participación deportiva femenina global
aumenta hasta el 38,32 %, manteniéndose en una pinza hasta hoy, de entre un 35 a un 39 %.
PARTICIPACIÓN
|
91/92
|
97/98
|
00/01
|
03/04
|
07/08
|
09/10[8]
|
MASCULINA
|
3320
|
4519
|
4579
|
4085
|
3920
|
3226
|
FEMENINA
|
882
|
1774
|
1869
|
2538
|
2542
|
1907
|
Tabla
1
En coherencia con esa realidad, la traducción
de la misma en los presupuestos del Servicio de Deportes del curso 91-91,
estaban distribuidos en un 61,16%
para deporte competitivo y sólo un 28,14%
para el deporte recreativo.
También desde el punto de vista
presupuestario se han visto traducidos estos cambios dirigidos a equilibrar la
oferta con respecto al tipo de demanda, en relación a épocas anteriores. Así
vemos que en el curso pasado 2008/09, el porcentaje del presupuesto de gastos
aplicados al deporte recreativo fue del 47,51%
y al competitivo el 52,49%.
Ramón E. Rojas Hernández
Director del
Servicio de Deportes
[1] Documento-guía El
deporte en la Universidad
de La Laguna ,
cuya elaboración fue posible, fundamentalmente, gracias a los trabajos
iniciados por la directora del Secretariado de Deportes Dra. Lidia Cabrera Pérez y seguidos
por su sucesor el Dr. Vicente Navarro Adelantado, que ha impregnado el carácter
de filosofía del deporte en el que nos inspiramos.
[2]
Cagigal, J.Mª. (1975). Cultura intelectual y cultura física.
Kapelusz. Buenos Aires.
[3]
Gruppe. O. (1976). Teoría
pedagógica de la
Educcación Física. INEF de Madrid.
[4]
Sánchez Bañuelos, F. (1984). Bases
para una didáctica de la
Educación Física y el deporte. Gymnos. Madrid; (1996) La actividad física orientada hacia la salud. Biblioteca Nueva. Madrid.
[5] Devis, J y Peiró, (1997) Nuevas perspectivas curriculares en Educación
Física: la salud y los juego modificados. INDE. Barcelona.
[6]
Coca, S. (1993). El hombre
deportivo. Una teoría sobre el deporte. Alianza. Madrid.
[7] Parlebas, P. (1988). Elementos de sociología del deporte.
UNISPORT. Málaga. Este autor llama la atención acerca de la importancia dada
por las instituciones nacionales e internacionales a los deportes “olímpicos”,
mientras la participación, en algunos casos, es minoritaria respecto a otras
modalidades. Podemos afirmar, en general, que a la cola de la previsión de
recursos económicos se encuentra el deporte
recreativo.
[8] La
menor participación deportiva general de este curso 08/09, en relación con el
curso anterior, se debió a que tuvimos que suspender numerosas actividades
programadas durante el primer y segundo trimestres para acometer diferentes
obras de reforma y mejora en las instalaciones del polideportivo central. En
condiciones normales, la participación general hubiera sido mayor que en el
curso anterior, si hacemos una
proyección de cifras en los momentos en que todo funcionaba de manera normal
por no estar realizándose ningún tipo de obras.